Tres de las selecciones borgianas-casareanas: donde lo universal es invisible al tiempo, al espacio, y a las penas!
POLEMISTAS
Varios gauchos en la pulpería conversan sobre temas de escritura y de fonética. El santiagueño Albarracín no sabe leer ni escribir, pero supone que la palabra trara no puede escribirse. Crisanto Cabrera, también analfabeto, sostiene que todo lo que se habla puede ser escrito. -Pago la copa para todos -le dice el santiagueño- si escribe trara. -Se la juego -contesta Cabrera; saca el cuchillo y con la punta traza unos garabatos en el piso de tierra. De atrás se asoma el viejo Alvarez, mira el suelo y sentencia: -Clarito, trara.
Luis L. Antuñano, Cincuenta años en Gorchs. Medio siglo en campos de Buenos Aires (Olavarría, 1911).
NOSCE TE IPSUM
Al Mahdi cercaba con sus hordas a Khartum, defendida por el general Gordon. Hubo enemigos que se pasaron a la ciudad sitiada. Gordon los recibía uno por uno y les indicaba un espejo para que se miraran. Le parecía justo que un hombre conociera su cara antes de morir.
Fergus Nicholson, Antología de espejos, Edimburgo, 1917
EL DESPERTAR DEL REY
Agentes franceses en el Canadá, después de la derrota de sus armas, en 1753, divulgaron entre los indios la información de que el rey de Francia había quedado dormido durante los últimos años, pero que acababa de despertar y que sus primeras palabras fueron: «Hay que arrojar inmediatamente a los ingleses que se han metido en el país de mis hijos rojos.» La noticia cundió por todo el continente y fue una de las causas de la famosa conspiración de Pontiac.
H. Desvignes Doolittle, Rambling Thoughts on World History
(Niagara Falls, 1903).